Algunas personas asocian el mastering con lo que denominan sonar como un disco. Esto es el resultado de aplicar diferentes técnicas para llegar al estándar de calidad al que estamos acostumbrados.
El mastering es la etapa final del proceso de creación antes del lanzamiento de una pieza musical o de audio en la cual las obras finales son preparadas para ser consumidas por el público.
Implica tener cuidado de los aspectos técnicos más importantes -a menudo mal considerado como un arte oscuro- pero también es un proceso muy creativo donde el ingeniero tiene un papel esencial, sobre todo en la actualidad donde los artistas pueden autoproducirse lejos de la asistencia de un ingeniero profesional.
Desde una perspectiva de ingeniero, el mastering consiste en tener en cuenta los niveles y el equilibrio tonal, la dinámica y la ecualización de las pistas individuales, así como crear una relación coherente entre ellas. También se trata de crear fades y crossfades y secuenciar un álbum entero.
Pero para mí, uno de los aspectos más importantes es el de preservar la fidelidad a la vez que se mejora la calidad sonora para disfrutar de una escucha más agradable en todos los sistemas de reproducción disponibles.
A veces, el mastering se subestima y se ve como hacer que la música suene más fuerte, a menudo sin tener en cuenta los efectos secundarios, pero también se trata de hacer que la música suene más agradable, más rica, definida y con una característica tonal que represente al artista.
En la mayoría de los proyectos que me piden hacer mastering, trabajo out of the box con sistemas analógicos, pero a veces también se necesario un enfoque híbrido.
Independientemente de esto, puedo preparar archivos de audio para formatos analógicos como vinilo y casetes o formatos digitales como CD, alta resolución para la distribución online y streaming así como instrumentales para espectáculos en directo.
Por supuesto, puedo hacer el mastering de tus pistas con stems si es necesario.